martes, 16 de octubre de 2012

Estilismos para el recuerdo: los carga el diablo

Amigos y pacientes lectores;

La de hoy es una clase práctica, un ejemplo real (y tanto) de lo que nunca debemos hacer a nuestros retoños. ¿Maltratarlos?, no, so ceporros. ¿Castigarlos?, que no, hombre. A ver, no me maltratéis ni me castiguéis a los niños que los de los servicios sociales están a la que salta, que se están jugando el jornal y no estamos para bromitas.

Me refiero al noble y difícil arte del estilismo en el posado fotográfico.

Sí, amigos, eso. No pongáis esa cara de "esta me la sé" porque no. Y si no, haceos una pregunta sencilla: ¿Os creéis más listos que vuestros padres?. Quién haya dicho que sí o es huérfano (ahí se entiende, claro) o aún no le ha tocado ir corriendo a urgencias con su churumbel colgando febril. Que luego va tu madre y te llama por teléfono: te lo dije, ese niño no está bien y tú como no haces caso...

Pues que sepáis que no sois más listos que vuestros padres, majetes. Porque una coge esa caja de fotos antiguas que habíamos escondido en lo más profundo del armario del trastero mientras éramos novios (luego te casas y ya como que hace gracia y todo) y cuando mira los terroríficos looks que nos plantaban nuestras madres, piensa: esto no se lo haré a mi hija preciosa jamás.

Já.

Mi madre era lo que hoy se conoce como una trendy-mum. Su armario era la envidia de todas sus amigas. Un gusto impecable, las mejores tiendas y una estupenda figura la convertían en todo un icono de la moda en los setenta.Seguro que ella pensaba que aplicaba el mismo buen criterio al vestuario de sus hijas. Pero a las pruebas me remito: No, mamá, no íbamos chic, ni elegantes, ni trendys ni leches. Y no deberías haber visto tanta serie de TV. Porque si tú ves esto:



Luego vas y le haces esto a mi pobre hermana: (es mi hermana de verdad, perdóname, cariño, pero es por el bien común, has cambiado mucho, nadie va a reconocerte, te lo juro).


Efectivamente, amigos, mi pobre hermana va ataviada con un look que le hace parecer el hijo secreto de Starky y Hucht (sí, de ambos) en misión especial en las selvas plagadas de helechos del Guadarrama. ¿Cómo no va a estar triste, la criaturica, con esa camisa que me pica solo con verla?, y esa chaqueta -heredada de mí- que tenía unos colores que te ponías a llorar, rollo cacaburro y gamas similares, con su cuello smoking y su cinturón marca-lorzas...

Amigos, ya lo han visto con sus propios ojos. No le inflijan el mal a sus hijos, no les averguencen de por vida y más allá. Midan bien los estilismos. Muy bien. Que luego no ganamos para terapias.

Que se lo digan a mi hermana que cada vez que vuelve la moda folk se encierra en casa de baja.