miércoles, 19 de septiembre de 2012

Freud, explícame esto, majo.

Miren ustedes la foto con la que ilustro esta entrada, amigos. Una orgullosa madre ataviada con lycras y pedrería mostrando a sus hijos: los niños, niños y la niña... bueno, la niña es pa echarla de comer aparte, pero se ve clarito que niña es. Un rollo entre Las Vegas, burbuja Freixenet y concurso de talentos infantil.

La cosa es que esta madre, se le ve en la cara, tiene claro de qué género es su parentela y así les viste en consecuencia con sus dorados a unos y... la niña, la pobre.

El niño de la derecha tiene madera, eh?, qué pose¡.

Pues yo no tengo claro nada con esta hija mía que nos va  a meter en un lío en cualquier momento.

Ya les había contado que la anterioremente conocida como Lola, a la sazón, el fruto de mis entrañas, se nos había desdoblado en Pedrolo, un alter ego masculino que se había hecho fuerte a base de pantalones vaqueros y mear de pie. Más de un momento de verguenza nos ha hecho pasar cuando ataviada con vestido o bien desnuda iba saltando por ahí gritando "mamáaaaaaaaaa, soy tu hijo Pedrolooooooo" haciendo girar cabezas extrañadas a su paso.

Pero el talento de travesti de mi hija está desarrollándose a pasos agigantados. El primer día de cole (el primero, oigan, no me dió ni un poquito de tregua) ya me ven a mí explicando en la puerta apresuradamente a su profe que la nena a veces no responde por Lola sino por Pedrolo. La profe me echa un pequeño discurso de "hay que dejarles que indaguen quiénes son y no coartarles". Si, sí, maja. Ya verás la que te espera con esta. O este. Que ya no sabe una ni lo que ha parido.

Pues que pasa la primera semana de adaptación (con dibujo atrubuido a Pedrolo incluído) y en la segunda, que comienza el comedor y ya le toca a mi costillo recogerla. Y ahí que va el alegre padre a recoger a la criatura por primera vez.

- Hola, soy el padre de Lola...
- ¿Lola?, aquí no hay ninguna Lola.
- Sí... es esa niña de ahí, dice el buen hombre.
- Disculpe, señor, no es una niña sino un niño y se llama Arturo.

La Lola gritando por detrás: Soy Arturo, Arturooooooooooo¡¡¡

- .... Ehhh, verá, no es un niño, es un niña y se llama Lola pero a veces se cambia de nombre y...

A ver, imaginen la escena. Un señor diciendo a una cuidadora a la que no ha visto jamás en la vida que le entregue una niña cuando la supuesta niña jura y perjura con un convencimiento que a ver quién le lleva la contraria que es un niño de nombre Arturo. Pues la cuidadorar sospecha que el tipo es un tarado pervertido que la quiere secuestrar. ¿No pensarían ustedes lo mismo?. Normal.

Encima los antecedentes que hay en el colegio son de Pedrolo. Arturo es la nueva invención de mi churumbel. Y a su padre no le llama papá, sino Merlín.

Cielos. 

Finalmente, mi paciente y encantador marido sin papeles, consiguió convencer a la cuidadora que Arturo-Lola es descendiente directa y heredera legal de todas sus deudas y se la entregó. O eso me contó él, y en realidad la trincó en un descuido y salió corriendo con ella bajo el brazo, que éste corre como un galgo, menudo es.

La cosa es que la niñaniño estaba estaba en casa cuando regrese de trabajar.

Siento el aliento de los servicios sociales en la nuca. Me gustaría saber qué chingados de explicación tendría Freud para este caso. Madre, madre, madre... si con tres años nos mete en estos líos a ver con cuatro. Que esta me trafica con gominolas en el recreo, lo veo venir.

viernes, 14 de septiembre de 2012

El sexo de las madres

La blogosfera viene reflejando desde hace semanas el fenómeno literario de moda que ha añadido, más si cabe, temperatura a este tórrido verano. Y es que la trilogía de E.L. James de Cincuenta Sombras está causando verdaderos estragos, por lo que estoy observando en los blogs que suelo leer.

Madres cuyos blogs suelen tratar de las peripecias de sus hijos, recetas de cocina, recomendaciones de productos o actividades y demás entradas de tono "blanco", de repente se ven trasladando a sus bitácoras de forma más o menos directa su emocionante descubrimiento cuyo ineludible carácter sexual lo convierte en un elemento un tanto extraño en su estatus de madre bloguera.

Y es que las madres blogueras hablamos de nuestros niños, de conciliación, de compras, de inquietudes, de sueños... pero de sexo, no. Como si nuestra naturaleza sexual no casara bien con el post sobre la vuelta al cole. Y ha tenido que llegar un apuestísimo joven millonario amigo de la dominación/sumisión para poner en órbita a estas mamis encantadoras que se sonrojan si son sorprendidas en público leyendo sobre cómo hay que atar a una mujer.

Supongo que para muchas  ha sido una auténtica sorpresa descubrir que la disciplina inglesa, el bondage, el sadomasoquismo, la dominación-sumisión y todo el universo que rodea a esta forma alternativa de practicar el sexo no son tan sórdidas, humillantes ni horribles como pensaban antes de leer a E.L. James.

Y me apuesto una cena en un sitio chulo a que no han sido pocas las que se han atrevido a recrear algunas de las escenas que se recogen en los libros. ¿A que sí, chicas traviesas?. Bravo por vosotras, amigas¡. Vuestros maridos, parejas, amantes o lo que sean seguro están encantados.

Para aquellas que les apetece seguir explorando sus límites os recomiendo en Madrid una tienda que se llama SR Leather, en la calle Pelayo, 7 (Chueca) con un interesantísimo y pequeñísimo museo al fondo no apto para menores ni para mentes conservadoras (ni el museo ni la tienda, ojo). Parafernalia S/M en cuero muy bonita, columpios, aparatitos y todo tipo de accesorios.

Si no estáis en Madrid, no tenéis tiempo o simplemente os da corte ir a "esos sitios", podéis curiosear desde tiendas on line cada vez más cuidadas y bonitas, algunas especializadas en mujeres como Los placeres de Lola o Susúrrame con outlet y todo.

Y para completar, qué mejor que un conjunto de lencería de esos de quitar la respiración? pues ya tenemos en España a la maravillosa y supersexy Agent Provocateur, todo el catálogo es para comprárselo¡. Atención a los modelos de la colección Naughty.

Espero que el amigo James tenga acciones en sex shop porque me parece a mí que se van a forrar a vender regalitos para chicas atrevidas, a que sí, amigas?.

martes, 11 de septiembre de 2012

Bienvenidos al cole¡

Poco más o menos, es lo que nos vino a decir la amable directora del cole de la Lola en la reunión del otro día. Esta mujer, lo sé yo, quería ser arquitecta pero se torció la cosa y salió maestra. ¿Que por qué lo sé?, pues porque el 80% de la reunión ante los ansiosos padres primerizos en las lides de la docencia reglada se la pasó dando datos técnicos de la reconstrucción del edificio que alberga el cole.

Que vale un poco de metro cuadrado pero la composición química del hormigón del patio como que no me quita el sueño, amiga directora. La cosa es que allí estábamos todos apelotonados, sentados en sillitas de niños de 3 años (que me derramo por ambos lados, oiga¡) esperando que la directora dejase de explicar el forramiento del ladrillo que forma el arco de medio punto y nos confirmara que aquellas dos mozas con mechas, labio retocado a lo Esther Cañadas una, y minifalda infartante la otra, no eran coristas sobrantes de un show nocturno sino las futuras "seños" de nuestros hijos.

La minifaldera fue la que me tocó a mí y a mi prole. Y la escultural muchacha, para regocijo de los padres que se llevaron más de un codazo en el costillar, nos condujo a la clase en la que van a domesticar a nuestros retoños, aposentó sus reales en una sillita (ella no se derrama) y nos soltó el discurso.

Ese que te dice que no le hables mucho del cole para no crear expectativas desilusionantes, que no hagas esto ni lo otro, esto sí y lo otro también, que lleves tal cosa, bla, bla bla.... nada fuera de lo común si no fuera porque lo hizo a un riiiiiitttmoooo ssuuuuppppeeeeeerrr lllleeeeeennnntttttoooooo.

Amparo, te has fumado un porro. Fue lo que pensé. Decía cosas muy obvias como:

- Es que son niños...

Anda¡ yo pensaba que eran patatas...

Y se te quedaba mirando como recalcando lo dicho, como si hubiera revelado la fórmula secreta de la cocacola, así, fíjamente y con pausa dramática. Mucha pausa y mucha miradita recalcante.

Si alguna madrepadre me lee y reconoce lo que estoy contando que haga el favor de no revelar el nombre del cole por aquello de la privacidad y no chivarse a la seño, que no quiero oir eso de "es que me tiene manía la profe" y que sea verdad.

Una de las madres asistentes con la que sospecho voy a compartir alguna que otra caña (si se deja) me comentó que la veía tan sumamente nerviosa que lo más probable es que hubiera escogido la táctica de hablar despacio para hacerse entender y mantener la calma.

Pudiera ser, pero la impresión que me dió a mí es que iba a dejar a mi Lola en manos de una amiga de los cigarritos de la risa. Los nervios son muy malos. La verdad es que no me gustaría estar en lugar de la seño y enfrentarme a un mogollón de niños con sus respectivos padres con la cabeza llena de ideas de cómo debieran ser las cosas y que te lo sueltan a la primera de cambio. Yo no sirvo para aguantarles.

Ayer fue el primer día de cole de la Lola. Todo un éxito, amigos. Ni lloros ni gritos ni amenazas. La seño ya estaba en modo velocidad normal y en la hora y media de adaptación que dura cada jornada en la primera semana, consiguió que mi retoño se pasara toda la tarde noche hablando de su seño, del cole y de sus nuevos amigos.

Esta mañana, el lorito redicho que tengo por hija me ha soltado por el camino:

- Mamá, le voy a decir a la seño que me ponga muchos deberes. Yo lo que quiero es estudiar mucho.






Esa cara hemos puesto su padre y yo al oirla. Si la seño ha conseguido esto en un día de cole, me la pongan, por favor, hasta el doctorado.